sábado, 9 de julio de 2011

Mateada por la Memoria

 Valorar el pasado, aprovechar el presente y construir el futuro

Es verdad que la docencia muchas veces deja un sabor amargo en nuestros paladares, sobre todo a quienes nos interesamos por la educación de nuestros jóvenes y niños  y que muchas veces volvemos a nuestros hogares cansados de renegar, gritar y enojarse con nuestros alumnos, pero hay cosas como las que ocurrieron hoy que nos llena emoción y alegría, nos sentimos verdaderamente reconfortados al ver como nuestros alumnos, de 3 A y B de la ES N° 72 de la localidad de Ezpeleta, se comprometieron con la causa que estamos llevando adelante a través del proyecto Jóvenes y Memoria.


La jornada del día 7 de julio consistía en que los alumnos inviten a sus familiares (padres, abuelos, tíos, etc.) a una “mateada” en horario de clase, para que podamos conversar sobre el tema que estamos trabajando junto con la profesora de construcción de la ciudadanía, la invitación era de tipo informal y la idea partió porque los chicos comentaron que había, entre integrantes de sus familias, historias de desaparecidos durante la última dictadura militar.
Para ser sinceros, no esperábamos una amplia concurrencia por parte de los padres, por cuestiones obvias ya que se realizaba en pleno horario laboral, pero  así y todo llegaron, una abuela de uno de los chicos del turno mañana y la tía de una de las chicas del turno tarde, hasta allí todo bien.
La charla comienza con una exposición de nuestras  invitadas, que muy cordialmente se presentan ante los alumnos y comienzan a contarnos sus historias de vida, que a decir verdad fueron apasionante, inquietante y hasta asombrosa diría yo, los alumnos escuchaban y miraban con atención a esa señora que con una sencillez notable  relataba los mas desgarradores acontecimientos que una persona pueda haber visto u oído en su vida, era realmente impactante escucharla, teníamos en frente a alguien que había vivido los últimos 35 años de su vida que  parecieron muchos más, por el contenido de los mismos, la forma en que nos contaba sus vivencias, anécdotas de cuando era niña  se entremezclaban con recuerdos muy difusos de aquella época tan turbulenta que vivimos los argentinos, época de terror, de miedo de silenciamiento, de mentiras, que por suerte hoy salen a la luz gracias a que miles de personas se animaron a contar sus historias, y para aquellos que todavía no lo hicieron por miedo, por timidez o por el motivo que fuere, es momento de que tomen coraje, respiren profundo y cuenten todo eso que tienen adentro, y que tal vez lo tienen guardado y que lo narren como lo hicieron  por primera vez hoy, se abrieron a nosotros y contaron su verdad, su historia a los chicos.
Que importante es rescatar el pasado, valorarlo, aprender de ello, de esas historias que van de boca en boca, y que importante es que personas valientes, como las que se brindaron hoy a contarnos sus historias, puedan y quieran compartirlo junto a nosotros y nuestros alumnos. Importante para crecer, aprender y saber que todavía se pueden hacer muchísimas cosas desde la educación, el solo hecho de ver que los alumnos no salieron al recreo (un epopeya, y de esto sabrán quienes son docentes) porque se sentían atrapados por el relato, así como también nosotros que estábamos allí parados, mirando y escuchando atentamente, sin posibilidad de meter comentario alguno ya que a decir verdad nos dejo sin palabras.
Al memento de escribir esto pienso que lo más importante de todo es aprovechar el presente, esos chicos que escuchaban atónitos los relatos de los adultos, están buscando alguna manera de conectarse con el pasado y comprender un poco el presente, tal vez no sea desde los libros (que importa) lo más importante es que tenemos una enorme masa de jóvenes dispuestos a progresar y a trabajar por descubrir la verdad, esos jóvenes que son maltratados por los medios masivos de comunicación, que solo muestran los desmanes que hacen alguno que otro por la calle, pero que acallan ocultan y mienten porque no muestran toda la verdad, la que vivimos día a día quienes estamos al frente de un curso y que nos sentimos orgullosos de ser docentes, porque los vemos crecer, los vemos pensar, aprender, y si la suerte y la salud nos acompaña, los vemos triunfar en un futuro no muy lejano.
En épocas en que la palabra esta muy devaluada, en que el relato oral se pierde de a poco, el lenguaje se empobrece, sabemos que la tarea que tenemos enfrente en monumental, pero que con hechos como el de hoy nos dan esperanza para el futuro, para hacerlo mejor y dejarles a nuestros hijos un mensaje, el mensaje que tiene que ver con no olvidar el pasado, pero tampoco vivir en el pasado, avanzar hacia el presente mirando hacia atrás y juzgando el pasado cada uno desde su punto de vista, pero haciendo juicio de valor sobre los hechos, conociendo nuestra historia, es una forma de salir adelante como sociedad, juzgando aquellos hechos del pasado y que las aberraciones cometidas sean juzgadas por la justicia como deben ser, y nunca, jamás olvidar.
Fue una jornada, maravillosa, al menos desde los años que llevo de docencia, jamás había experimentado una realidad así.  Solamente queremos darles las gracias a quienes se tomaron la molestia de venir hasta la escuela a compartir sus historias con nuestros alumnos y con nosotros, fue muy gratificante y por demás productivo y por sobre todas las  cosas estamos felices por la jornada histórica que vivimos el día de la fecha.
Esperamos haberles transmitido al menos una parte de lo que sentimos nosotros al vivir esa experiencia y crearme en que no estoy exagerando.

Atte.  Leandro Benítez. Profesor de Historia de la ES N° 72 Ezpeleta.

1 comentario:

Ernesto Gabriel Cela dijo...

¡¡Gracias Leandro por compartir esta experiencia!! Es reconfortante encontrar compañeros docentes que desde el compromiso en el aula con los pibes logren construir conocimiento y memoria para fortalecer la democracia y la justicia.
Sin dudas así la Escuela fortalece la Enseñanza construida democráticamente y avanza en la profundización de una reforma educativa aún en pañales.