Se olfatea en el aire aroma a buen juego y a partido disputado. Espero no equivocarme con dicha sensación. Pisan la cancha. Son ellos… Perros Viejos y Santa Catalina. El primero viene con espíritu de triunfo, pues en la primera fecha obtuvo un resultado aplastante de 19 a 2. El segundo, pese a que en la primera fecha no consiguió un resultado positivo, espera reivindicarse y conseguir aquello más deseado: el triunfo. Uno y otro quieren ganar. Ambos no se imaginan perder. El empate no es resultado posible en este cotejo.
Comienza el juego. Partido electrizante: corren, gritan, luchan pelota a pelota, calculan los pases, rotan las posiciones y los jugadores. En definitiva, se miden y se preparan para dar la primera estocada. Y son ellos… Perros Viejos. Primer gol (Ariel Ronda lo grita con mucha euforia y descarga la emoción contenida). Instantes más y nuevo gol, y nuevamente de Perros Viejos y de Ronda, quien certifica su título de buen jugador. Y ahí no más, gol de Santa Catalina. 2 a 1 y la tensión no solo gana el terreno de juego sino que traspasa los límites de éste. El público en vilo. Palo y palo. Ida y Vuelta. No se dan respiro. El resultado se mantiene por un buen rato. Pero son ellos nuevamente, Perros Viejos. Tercer gol, pero en esta oportunidad es Fernando Kelly quien anota y quien comienza a construir el camino hacia la victoria. Pronto una ráfaga de buen juego y sincronización pone a Perros Viejos 8 a 1. Todos piensan que el partido está acabado y que Santa Catalina debe empezar a pensar en el próximo partido. Nada de eso, Santa Catalina hace aflorar su honor y su hombría y comienza a arremeter con lo suyo. Situación esta que me hace recordar una frase que aparece escrita en una pared de una calle de Quilmes, a saber: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Y así es, nada de abandono, nada de bajar los brazos, todo lo contrario: disputar la pelota hasta el último segundo. Y como haciendo caso a dicha frase, Santa Catalina logra marcar tres goles de forma consecutiva. 8 a 4 y el partido nuevamente recobra la sensación de qué pasará. No hay tiempo para más, Perros Viejos no quiere pasar sobresaltos y consigue marcar dos goles más. 10 a 4 y ahora si la victoria tiende a consumarse, ya que el tiempo para el final se acerca y la diferencia en el marcador es considerable. Y final no más.10 a 4 y nueva victoria para Perros Viejos.
Partido emocionante tuve la suerte de ver. Rivales que siempre buscaron la victoria, o por lo menos que nunca descreyeron de sus potencialidades. Es por esto que aplaudo y doy mis felicitaciones a todos los compañeros que disputaron el partido, porque con su actitud de garra y de ir para el frente nos ofrecieron un apasionante encuentro.
Aroma a buen juego y a partido disputado. Algo me decía que no me iba a equivocar.
Carlos Leiva
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