El enojo de ciertos dirigentes políticos y gremiales, muestra
el impacto que genera en el SUTEBA de Quilmes que se haya terminado el discurso
único, la versión hegemónica.
Ahora nosotros podemos dar la versión real
de los hechos y documentar nuestros dichos para sostenerla. Así la
mentira queda
expuesta, desnuda, insostenible y, claro, eso inquieta a los que se
desviven por que nada cambie, que no se afecten los intereses personales
y de grupo. Que siga la misma persona al frente del sindicato, no ya 25
años, sino 4 más, 29, eso para estos sectores no es burocracia, es
coherencia.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio, es como
es y no depende del color del cristal con que se la mire. Los cristales
no cambian la realidad, la distorsionan, pero a la larga la realidad se
impone.
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