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Marcelo Guagliardo, Ex Secretario General de ATEN |
Este jueves comenzó en Neuquén el juicio oral contra Marcelo
Guagliardo y Daniel Huth - ex dirigentes de la Asociación de
Trabajadores de la Educación de Neuquén - imputados por el corte del
puente que une esa ciudad con la ciudad rionegrina de Cipoletti, durante
el año 2010.
La audiencia, en la que expusieron
sus alegatos el Ministerio Público Fiscal y los compañeros docentes, se
realizó en el marco de una intensa jornada de lucha de los trabajadores
neuquinos, fue presenciada por los dirigentes nacionales de la CTERA y
la CTA. El juez Villanueva a cargo de la causa dará a conocer su
veredicto el próximo miércoles 26.
Este es el mensaje que nos hizo llegar el Compañero Marcelo Guagliardo:
Esta es mi declaración, en nombre de todos y todas, en la audiencia del día 20 de septiembre de 2012. La comparto.
Sr. Juez:
Hoy los trabajadores de la educación de Neuquén, junto a los
trabajadores nucleados en la CTA Neuquén, con el acompañamiento de
representantes docentes de toda la argentina a través de CTERA, docentes
de las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Santa Fe, Chubut; de
compañeros Ceramistas, de delegados de los Subterraneos de la Capital
Federal, de la CTA de Río Negro, con representaciones de Organismos de
Derechos Humanos, Partidos Políticos y organizaciones sociales, volvemos
a protagonizar un hecho de altísimo valor ético, político y social.
La masividad de la presencia en las calles de trabajadores para
acompañar con su presencia en cuerpo y alma este Juicio, da cuenta del
carácter colectivo que tiene esta injusta imputación.
Es por
ello, que como he reiterado ante cada consulta en medios periodísticos,
no siento esto como algo personal, sino como la consecuencia necesaria
de haber tenido el honor de representar a los Trabajadores de la
Educación de Neuquén y su larga historia de lucha en defensa de la
Educación Pública y los derechos de los trabajadores.
Esa
representación se ejerce a partir de la decisión orgánica surgida del
debate horizontal en cada una de las asambleas y finalmente trasladada
al Plenario de Secretarios Generales para su síntesis, resolución y
posterior cumplimiento.
Me presento ante Uds. como verán con
mi guardapolvo, que no es más que nuestra vestimenta habitual (en el
caso de los maestros y maestras). La de todos los días. Como el overol
de un obrero o la chaqueta de un médico. Obvio es decir que tiene una
intencionalidad. Pretendo que Ud. señor Juez pueda tener frente a sí, no
un exdirigente sindical, sino un modo de entender la docencia. Nuestras
asambleas estaban llenas de estos guardapolvos blancos, algunos de
colores también. Esos mismos guardapolvos que reciben a los chicos el
primer día de clases, esos que les acompañan en su niñez para que se
formen como personas criticas, responsables y solidarias; esos que los
cuidan en cada momento; esos que sufren cuando algo les pasa; esos que
organizan viajes para que ellos tengan la oportunidad de disfrutar
momentos inolvidables; esos que se preocupan por que no aprenden y esos a
los que también les duele profundamente no tenerlos en las escuelas
cuando hay que ir a la huelga.
Pero ¿Quién genera las
condiciones para una protesta? ¿Queda otra alternativa a la huelga,
cuando se cierran todos los caminos? ¿Queda otra alternativa a la
protesta, en el lugar que sea, cuando nadie escucha; cuando los poderes
del Estado están ausentes? ¿Sobre quién recae la responsabilidad de
garantizar los derechos que establecen nuestras Constituciones? ¿Se
puede intentar garantizar unos derechos sobre el avasallamiento de
otros? ¿O todos los derechos son de goce simultáneo y en igualdad de
condiciones?
Son todas preguntas de respuesta abierta en ciertos momentos.
El derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo digno,
han sido materia de lucha. En nuestra provincia, desde el advenimiento
de la democracia, muy cortos fueron los períodos en los que desde el
Estado planificó para garantizar derechos. Desde los 90, hasta el primer
decenio de este nuevo siglo, los derechos hubo que defenderlos, y en
ocasiones recuperarlos, en las calles y también en las rutas.
Hacer visible el reclamo es el objetivo de toda protesta social. Cuando
se pasa el tiempo de las notas, de los petitorios, de las reuniones
inocuas, de las dilaciones, se llega al tiempo en el que hay que luchar
de otra manera.
El hecho que es motivo de esta convocatoria,
se produce, luego de más de 25 días de huelga, de paralización del
Sistema Educativo, un año en el que habíamos empezado las clases como
muestra de nuestra voluntad de resolver en una mesa de negociación y no
afectar el dictado de clases. Desde el mes de febrero mantuvimos
reuniones con los representantes del gobierno pero ellos tenían la orden
de dilatar, de ganar tiempo y obviamente de no discutir de buena fe,
ninguna propuesta que atienda el reclamo que se estaba haciendo.
Finalmente tuvo que intervenir el Obispado, para que el gobierno
retomara las negociaciones que había suspendido unilateralmente. ¿Qué
pedíamos? Una recomposición salarial que estuviera en sintonía con la
discutida a nivel nacional, donde ya se habían resuelto todos los
conflictos docentes.
En este contexto, el gobierno demostró su falta de voluntad para evitar el conflicto y luego resolverlo oportunamente.
Paradójicamente, esta denuncia proviene de personal de la policía
provincial. Y esto amerita también un análisis: Cuando prevalece la
mirada represiva del conflicto social desde quienes poseen el control
del aparato estatal, la institución policial puede ser utilizada para
cumplir varias funciones en un conflicto. Tenemos antecedentes, que más
allá de salvar las tremendas diferencias que tienen, en particular con
éste último, poseen en común la intervención policial en la Zona
Liberada, Plaza Huincul Marzo del 2006; Asesinato de nuestro compañero
Carlos Fuentealba en Arroyito, Abril 2007; y esta última.
De
los tres hechos mencionados, atienda su Señoría, que el único que llega
a Juicio Oral y Público en calidad de responsables políticos si se
quiere, es este. El único argumento que tenían los policías para
imputarnos el presunto delito era nuestra calidad de representantes: por
que nos conocían de los medios; por que nos vieron hablar con los
medios; por que nos vieron hablar desde el improvisado palco. De ello
pudo deducirse una imputación penal que HOY es materia de investigación.
Mientras tanto, la causa por la Zona Liberada de Plazo
Huincul, cuya participación directa fue reconocida públicamente por el
ex gobernador Jorge Omar Sobisch , aún esta en trámite, luego de casi 6
años. La Causa Fuentealba denominada II, en la que deben investigarse
las responsabilidades de quienes ordenaron, planificaron, supervisaron y
condujeron ese operativo criminal, -que incluye entre otros también,
al exgobernador-, por el que fue condenado a Prisión Perpetua un
Sargento de la fuerza, se encuentra a la fecha, en estado reservado,
para usar un término médico.
Aquí permítame Sr. Juez
expresarle que la Institución Judicial toda esta en deuda no sólo con la
familia de nuestro compañero asesinado, sino con la sociedad argentina
en su conjunto, que se conmovió por este incompresible y brutal hecho.
Todos aún esperamos una respuesta, que alivie el dolor y haga creíble el
principio tantas veces aludido de igualdad ante la Ley.
Hoy la
Justicia, tendrá que resolver y la observa atentamente toda la
sociedad. Seguramente, haya sectores minoritarios que esperen
ansiosamente una condena ejemplificadora. Tal vez, los mismos que
validan las protestas cuando estas defienden sus intereses o los que
llamaron a la represión en Arroyito con la consecuencia por todos
conocida. Pero otro sector, mayoritario sin lugar a dudas, espera
JUSTICIA.
Sr. Juez, no puede haber delito en la protesta.
Si la única solución al conflicto social es su judicialización, estamos
ante el fracaso de la política y las instituciones. Semejante
vulneración al Derecho a la Protesta Social, a peticionar ante las
autoridades, no es otra cosa que condenar la lucha por la dignidad; es
condenar el simple pero maravilloso hecho de querer vivir.
Espero que esta audiencia sea otro llamado de atención a la clase
política gobernante, acerca de su obligación de garantizar de manera
responsable, soluciones adecuadas y pacíficas AL CONFLICTO SOCIAL; se
trata del resguardo de Derechos que han sido elevados a la categoría de
Fundamentales y constitutivos del concepto de dignidad humana; así, el
derecho a la salud, a la educación, a la igualdad de oportunidades, a un
ambiente sano, a la vivienda, a la tierra, al trabajo, a la vida.
Para finalizar, quiero expresar que las estrategias que tenga como
objetivo desactivar la protesta social; desestabilizar internamente las
organizaciones de los trabajadores, quebrar su voluntad de lucha;
generar hechos que desalienten la participación política, como un modo
de disciplinar, controlar y paralizar cualquier forma de organización
que persiga la defensa de los derechos ya aludidos, SON TODOS CAMINOS
ERRADOS. LA DEMOCRACIA que enseñamos en nuestras escuelas ES LA QUE
FOMENTA LA PARTICIPACIÓN, LA QUE FAVORECE LA ORGANIZACIÓN, LA RESPETA Y
LA RECONOCE COMO SUJETO SOCIAL.
El reclamo social no debe ser
reprimido, ni judicializado, debe resolverse atendiendo los reclamos y
garantizando los derechos que todos y todas, tenemos como ciudadanos.
En El seno de esta democracia que tanto nos constó recuperar como
pueblo, seguiremos luchando y participando. Nuestra dignidad no se
negocia, no se condena, ni se judicializa. Nuestra dignidad fue, es y
será invencible.
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