Hoy se cumple un nuevo aniversario del secuestro de un grupo de estudiantes
secundarios en la ciudad de La Plata, arrancados de sus casas en un
operativo militar conocido como "La Noche de los Lápices", y cuyos
responsables son juzgados por crímenes de lesa humanidad.
Aunque
la persecución, el secuestro y la desaparición de estudiantes no tuvo
sus primeras víctimas ese día, entre la noche del 15 y el 16 de
setiembre de 1976 se produce el secuestro de la mayor cantidad de
jóvenes, por lo que se estableció la fecha para recordar los hechos.
Esa
madrugada diez alumnos de la Escuela Normal Nº3 de La Plata, que tenían
entre 14 y 18 años y militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios,
fueron secuestrados de sus domicilios por un grupo de tareas del
Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y de la Polícia
de la provincia de Buenos Aires.
Los jóvenes militaban en defensa de
los derechos estudiantiles y habían participado de una protesta para
reestablecer el boleto estudiantil, suspendido en 1975.
Para
justificar el operativo, el titular de la bonaerense, Ramón Camps, adujo
que se realizaba "por el accionar subversivo en las escuelas".
Daniel
Alberto Racero, Horacio Angel Ungaro, Francisco López Muntaner, María
Claudia Falcone, Claudio De Acha y María Clara Ciocchini continúan hoy
desaparecidos.
De
los cuatro que sobrevieron a las torturas y vejaciones -Emilce Moler,
Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda-, tres pudieron dar
testimonio del horror ante la justicia.
Ellos reconocieron que
estuvieron en los centros clandestinos de detención de Arana, Pozo de
Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos
Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín
Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia
de Buenos Aires.
"La Noche de los Lápices" será uno de los hechos que
se juzgan en el juicio que comenzó el pasado lunes en La Plata y que
sienta en el banquillo de los acusados a 26 imputados por delitos de
lesa humanidad en perjuicio de 360 víctimas en el denominado "Circuito
Camps", que era el conjunto de centros clandestinos de detención que
estaban bajo las órdenes del general Ramón Camps.
Según el
historiador Norberto Galasso, la apreciación sobre los hechos conocidos
como "La Noche de los lápices", "con el tiempo fue corrigiéndose y dejó
de interpretarse como el producto de chicos inocentes que reclamaban un
boleto".
"En algunos familiares se empezó a señalar que formaban
parte de un movimiento revolucionario y que esa lucha estaba integrada a
una concepción de cuestionamiento al orden de la dependencia que había
instalado la dictadura militar", dijo en diálogo con Télam.
Para
Galasso, "es difícil cuál de las dos versiones es más correcta", y se
permitió dudar porque en la fecha en que se produjo "no parece que
correspondiese a algo estratégicamente planeado por una dirección
política".
En el análisis de la realidad de la época, el historiador
consideró que los estudiantes "eran un grupo de jóvenes rebeldes e
idealistas que querían cambiar las cosas y que no estaban muy sujetos a
una dirección estratégica política", aunque "estaban perfectamente
catalogados por los servicios de inteligencia" de ladictadura militar.
Después
de 35 años, "La noche de los lápices" fue escribiendo nuevas páginas en
la historia, y según Galasso, se debe, entre otras razones, a que en la
ciudad de La Plata "las figuras de la represión fueron tan siniestras
que pasaron a ser símbolos de la represión, como Camps y (el ex
comisario, Miguel) Etchecolatz.
En el 2006, fue declarado el "Día
Nacional de la Juventud", en recuerdo de los jóvenes militantes
secuestrados. La fecha fue instituida por el expresidente Néstor
Kirchner a través de un proyecto de Ley. El objetivo fue "reivindicar la
militancia y el compromiso de aquellos jóvenes que fueron desaparecidos
en la última dictadura militar argentina".
Fuente Edición Cuyo
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