En Quilmes la Asamblea fue muy pequeña, si se tiene en cuenta la importancia de discutir la aprobación de un mandato para definir la continuidad del Plan de Lucha para el SUTEBA, en el marco del Frente Gremial, la CTERA y la CTA, como establecía el temario. Y esto ya estaba calculado por la conducción local, de lo contrario hubieran citado en un lugar de mayor capacidad y no habrían demorado tanto en hacer pública la convocatoria.
Se podía esperar una actitud así, ya que luego de haber trabajado tan descardamente para que el resultado electoral del año pasado favoreciera a Mauricio Macri, muchos de los que los apoyaban en ese objetivo hoy no se acercan para votar acciones gremiales contra la política de ajuste y hambre que este gobierno de derecha neoliberal lleva adelante.
Eran evidentes las contradicciones entre los integrantes de la mesa, el informe de la secretaria general fue muy escueto, sesgado y falto de profundidad y no se soltaban a intervenir.
Luego de la intervención de Walter Ormazábal, de la Granate, que publicamos a continuación, sólo atinaron a proferir ataques personales, chicanas y agresividad, sin intentar desmentir ninguno de los argumentos planteados.
Otro tanto hicieron con las intervenciones de lxs compañeros de la Violeta. También maniobraron en la votación para no quedar en contra de la moción de Plan de Acción planteado por la Celeste, sin proponer uno alternativo, pero llenando las reivindicaciones de exigencias al sindicato, en lugar de exigirle al gobierno. Al punto que ni siquiera pusieron a votación la posición de que el 2 de junio la marcha se hiciera con paro, moción realizada por integrantes de la propia conducción multicolor.
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