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| Por Walter Ormazábal |
En cada etapa, los hechos nos ponen en evidencia un poco más de este sistema capitalista podrido. Ya habíamos asistido al desenmascaramiento de los monopolios mediáticos y sus intereses. Después las corridas bancarias y financieras (operatorias nacionales y supra nacionales). Luego vimos los "acuartelamientos policiales" como alternativa a los golpes de estado tradicionales (como a fines del 2013 y principios de 2014). El papel de los grupos mafiosos enquistados en algunas estructuras sindicales y políticas promoviendo saqueos y otras acciones desestabilizadoras. En otro momento la corporación judicial y sus rémoras vinculadas a la dictadura y privilegios. Y ahora quedó al desnudo su entremezclado con los servicios de inteligencia, locales y vinculados a los de las potencias imperialistas.
TODOS SON INSTRUMENTOS DEL PODER REAL DE LAS CLASES DOMINANTES PARA IMPEDIR AVANCES POPULARES Y MANTENER UN SISTEMA INJUSTO, DONDE LA MAYORÍA SE ROMPE EL LOMO Y UNA MINORÍA SE ENRIQUECE A SU COSTA.
Se apoyan en una base social, llamada "clase media" temerosa de ver afectados sus intereses. Sector con mucha influencia en la conformación de la "opinión pública". En los países Latinoamericanos recorridos por procesos populares estos métodos, y otros similares, se conocen como la "táctica del golpe blando".
Son tiempos para transitar con la cabeza fría y el corazón caliente, porque evidencian lo que avanzamos pero también lo mucho que nos falta. Ya está claro que no será un baile de salón, ni una línea recta.
Si sabemos acompañar al conjunto para que saque enseñanzas correctas desde la posición y el punto de vista del Pueblo, avanzaremos en el nivel de conciencia y con él fortaleceremos el camino a la Victoria.
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