Nosotros éramos pueblos aislados. Cuando nos lamentábamos de los mercados que habíamos perdido olvidé decir los mercados que nunca tuvimos junto a nosotros, como son los mercados de América Latina para cada uno de nosotros. ¿Por qué? Porque nos aislaban, sencillamente; porque siempre se dedicaban a hacer que nos ignoráramos unos a los otros.
Por eso Artigas era desconocido en Cuba, y Martí era desconocido en Uruguay. Por eso los héroes continentales no alcanzaban esa magnitud real, esa magnitud de hombres de América que tienen, y se circunscribían a determinados pueblos. Por eso todavía en América tratan de discutir si es más grande o menos grande, y a quién pertenecen San Martín o Bolívar, sin contar con que San Martín y Bolívar son hombres de América.
San Martín, que murió exactamente hace ciento once años hoy, era un hombre de América (APLAUSOS); como Bolívar, no podemos decir que perteneciera a un país, como Martí no nos pertenece. Son productos de nuestra civilización, de nuestro sustrato cultural, producto de todo lo que ha madurado durante años y años, de lo que se ha agregado al indígena primitivo, con el negro que se trajo, con el español que vino a colonizar, con las razas de otros lugares del mundo, por nuestras condiciones sociales específicas, y que han creado este hombre americano que habla prácticamente el mismo lenguaje y que, de todas manera, se entiende siempre en cualquier lugar donde se exprese.
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