Los anuncios del Ministro de Hacienda Prat Gay, hechos como si se tratara de una simple decisión administrativa sin efectos nefastos para millones de argentinos, constituyen la abrupta aplicación del decálogo neoliberal: devaluaciòn (con la consecuente pérdida del poder adquisitivo del salario), liberación de las importaciones (con la consecuente destrucción de los puestos de trabajo), liberación de las exportaciones (con la consecuente alza de los precios de los productos alimentarios a valores internacionales), liberación del mercado cambiario (con la consecuente instalación de un paraíso para la fuga y lavado de dinero),. Junto a la promesa de quita de subsidios y aumento de tarifas de los servicios públicos, constituyen una formidable transferencia de recursos de los sectores populares hacia los sectores concentrados de la economía.
Con gradualidad o sin ella, el daño es el mismo. Toda gradualidad será costeada con un aberrante endeudamiento (que despuès deberemos pagar) con el único objetivo que el descontento popular no dificulte su objetivo de lograr, dentro de dos años, otro triunfo electoral de la derecha para obtener mayoría parlamentaria.
Sólo seiscientos mil votos le dieron pie a esta política que nos retrotrae al plan económico de la dictadura cívico militar.
La movilización popular y la lucha en todos los terrenos son el paredón con el que se tienen que encontrar, para defender nuestras conquistas y derechos y para retomar el camino que nunca debió abandonar ningún trabajador, por más veneno que le inoculen los medios monopólicos al servicio de las clases dominantes.
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