La Educación es una Institución que se basa en la Constitución y las Leyes, de la Nación y de las Provincias.
“Refundar la Educación” es una expresión que remite a dar por fracasada la existente. En esa concepción se basó tristemente el Ministro Bullrich para decir que hay que hacer una “segunda campaña del desierto”, en un doble exabrupto ya que se apoya simbólicamente en el genocidio de pueblos originarios perpetrado por los Roca para, desde ahí, intentar descalificar los innegables avances en inclusión educativa, que recibieron al asumir la gestión en diciembre de 2015.
Con la Lucha inclaudicable de los Trabajadores de la Educación, encabezados por la CTERA y el SUTEBA, junto a otras organizaciones sindicales, logramos la derogación de la nefasta Ley Federal de Educación y la sanción de una nueva Ley Nacional que, por ejemplo, prohíbe que los servicios educativos entren como mercancía en los tratados de libre comercio, como pretendían los sectores que hoy gobiernan la Argentina .
Se logró la sanción de la Ley de Educación Técnica que volvió a poner en pie las Escuelas que habían sido arrasadas por el menemismo.
Se logró la ley de Financiamiento Educativo que, por ejemplo, significó 120 millones de pesos para el distrito de Quilmes para mantenimiento de los servicios educativos en 2016, partida que hasta el 2013 no existía. Cabe recordar que tuvimos que denunciar que el gobierno de Martiniano Molina subejecutó ese Fondo y, hasta el día de hoy, no trasparentó lo efectivamente gastado.
Como consecuencia de la Ley de Financiamiento se logró la Paritaria Nacional Docente, reivindicación largamente reclamada por nuestra organización nacional. Antes de proponer alguna “refundación” el gobierno debería cumplir con las normas vigentes. Sin embargo el presidente Macri y su ministro Bullrich han decidido violarlas, para desentenderse de sus obligaciones políticas y presupuestarias, dejando a las provincias libradas a su propia suerte en materia de negociación salarial y de condiciones de trabajo. Fue ese y no otro el motivo por el que, por primera vez en varios años, las clases no empezaron por una huelga nacional convocada por todos los sindicatos docentes del país, tanto los enrolados en la CTA como en la CGT.
Además de esto hay que mencionar el desmantelamiento, por parte de la actual gestión, de los programas socioeducativos logrados en estos años, que fortalecían la inclusión educativa, como el Conectar Igualdad (que dotó de netbooks a los estudiantes), los Laboratorios Móviles para todas las Escuelas Primarias del país, que fueron recibidos hasta el 2015, la provisión de libros para todas las bibliotecas escolares, las orquestas y los coros con la provisión de los correspondientes instrumentos musicales, entre otros. Además del intento de desarticular el Programa Nacional de Formación Permanente (que fue un acuerdo paritario histórico, alcanzado en 2013, para la capacitación de docentes). Casualmente, en el transcurso de la reunión que mantuvimos en enero de 2017, desde el Consejo Local de Niñez con el Intendente Martiniano Molina, éste intentó elogiar la política del ministro Bullrich, lo que nos obligó a decirle que, en ese mismo momento el Ministerio estaba tomado por los trabajadores por la cesantía de 2000 compañeros de dicho programa.
Ayer se publicó en La Voz del Grito, una declaración del diputado provincial quilmeño de la UCR, Fernando Pérez, que renunció al gabinete de Molina pero parece seguir pegado a las políticas del PRO, al menos en lo de la “refundación de la educación”, o como dijo Macri, mientras inauguraba el ciclo lectivo en Jujuy, donde permanece detenida la Presa Política Milagro Sala, en el marco de un Paro que superaba el 80%, “la revolución educativa”.
Encima, lo hace basándose en datos manipulados sobre pruebas estandarizadas impulsadas por organismos interesados en aplicar ajustes en los países dependientes, que fueron siempre cuestionadas por las organizaciones gremiales por no tener en cuenta las particularidades regionales. Amén de hablar de mejoras salariales durante el gobierno de Cambiemos que distan totalmente de la realidad. Lo invitamos a cualquier escuela a decirle, en nuestra presencia, a los maestros que el salario subió “mas del 60%”, o que tomamos a los pibes de rehenes, como sugiere.
Sería mejor que el diputado se dedique a cumplir su función y, en todo caso, proponer iniciativas legislativas que considere pertinentes. Pero él sabe que mientras tanto deben cumplirse las Leyes vigentes, y el gobierno al que él apoya ha demostrado ser muy poco afecto a ese deber ineludible.
Visto desde una mirada neoliberal, es cierto que recibieron una pesada herencia, porque para sostener derechos, que constituyen una responsabilidad indelegable del Estado, hay que invertir recursos. Recursos que tienen que salir desde los sectores más concentrados de la economía en favor de los sectores populares. Pero que dejan de estar en poder del Estado cuando se decide gobernar para los ricos, quitando impuestos, retenciones, condonando deudas de grandes empresarios, endeudando al país para favorecer la fuga de capitales, devaluando y arrojando a la pobreza y la desocupación a millones de compatriotas y vulnerando, principalmente, las condiciones de vida de nuestro niños.
“Refundar la Educación” es una expresión que remite a dar por fracasada la existente. En esa concepción se basó tristemente el Ministro Bullrich para decir que hay que hacer una “segunda campaña del desierto”, en un doble exabrupto ya que se apoya simbólicamente en el genocidio de pueblos originarios perpetrado por los Roca para, desde ahí, intentar descalificar los innegables avances en inclusión educativa, que recibieron al asumir la gestión en diciembre de 2015.
Con la Lucha inclaudicable de los Trabajadores de la Educación, encabezados por la CTERA y el SUTEBA, junto a otras organizaciones sindicales, logramos la derogación de la nefasta Ley Federal de Educación y la sanción de una nueva Ley Nacional que, por ejemplo, prohíbe que los servicios educativos entren como mercancía en los tratados de libre comercio, como pretendían los sectores que hoy gobiernan la Argentina .
Se logró la sanción de la Ley de Educación Técnica que volvió a poner en pie las Escuelas que habían sido arrasadas por el menemismo.
Se logró la ley de Financiamiento Educativo que, por ejemplo, significó 120 millones de pesos para el distrito de Quilmes para mantenimiento de los servicios educativos en 2016, partida que hasta el 2013 no existía. Cabe recordar que tuvimos que denunciar que el gobierno de Martiniano Molina subejecutó ese Fondo y, hasta el día de hoy, no trasparentó lo efectivamente gastado.
Como consecuencia de la Ley de Financiamiento se logró la Paritaria Nacional Docente, reivindicación largamente reclamada por nuestra organización nacional. Antes de proponer alguna “refundación” el gobierno debería cumplir con las normas vigentes. Sin embargo el presidente Macri y su ministro Bullrich han decidido violarlas, para desentenderse de sus obligaciones políticas y presupuestarias, dejando a las provincias libradas a su propia suerte en materia de negociación salarial y de condiciones de trabajo. Fue ese y no otro el motivo por el que, por primera vez en varios años, las clases no empezaron por una huelga nacional convocada por todos los sindicatos docentes del país, tanto los enrolados en la CTA como en la CGT.
Además de esto hay que mencionar el desmantelamiento, por parte de la actual gestión, de los programas socioeducativos logrados en estos años, que fortalecían la inclusión educativa, como el Conectar Igualdad (que dotó de netbooks a los estudiantes), los Laboratorios Móviles para todas las Escuelas Primarias del país, que fueron recibidos hasta el 2015, la provisión de libros para todas las bibliotecas escolares, las orquestas y los coros con la provisión de los correspondientes instrumentos musicales, entre otros. Además del intento de desarticular el Programa Nacional de Formación Permanente (que fue un acuerdo paritario histórico, alcanzado en 2013, para la capacitación de docentes). Casualmente, en el transcurso de la reunión que mantuvimos en enero de 2017, desde el Consejo Local de Niñez con el Intendente Martiniano Molina, éste intentó elogiar la política del ministro Bullrich, lo que nos obligó a decirle que, en ese mismo momento el Ministerio estaba tomado por los trabajadores por la cesantía de 2000 compañeros de dicho programa.
Ayer se publicó en La Voz del Grito, una declaración del diputado provincial quilmeño de la UCR, Fernando Pérez, que renunció al gabinete de Molina pero parece seguir pegado a las políticas del PRO, al menos en lo de la “refundación de la educación”, o como dijo Macri, mientras inauguraba el ciclo lectivo en Jujuy, donde permanece detenida la Presa Política Milagro Sala, en el marco de un Paro que superaba el 80%, “la revolución educativa”.
Encima, lo hace basándose en datos manipulados sobre pruebas estandarizadas impulsadas por organismos interesados en aplicar ajustes en los países dependientes, que fueron siempre cuestionadas por las organizaciones gremiales por no tener en cuenta las particularidades regionales. Amén de hablar de mejoras salariales durante el gobierno de Cambiemos que distan totalmente de la realidad. Lo invitamos a cualquier escuela a decirle, en nuestra presencia, a los maestros que el salario subió “mas del 60%”, o que tomamos a los pibes de rehenes, como sugiere.
Sería mejor que el diputado se dedique a cumplir su función y, en todo caso, proponer iniciativas legislativas que considere pertinentes. Pero él sabe que mientras tanto deben cumplirse las Leyes vigentes, y el gobierno al que él apoya ha demostrado ser muy poco afecto a ese deber ineludible.
Visto desde una mirada neoliberal, es cierto que recibieron una pesada herencia, porque para sostener derechos, que constituyen una responsabilidad indelegable del Estado, hay que invertir recursos. Recursos que tienen que salir desde los sectores más concentrados de la economía en favor de los sectores populares. Pero que dejan de estar en poder del Estado cuando se decide gobernar para los ricos, quitando impuestos, retenciones, condonando deudas de grandes empresarios, endeudando al país para favorecer la fuga de capitales, devaluando y arrojando a la pobreza y la desocupación a millones de compatriotas y vulnerando, principalmente, las condiciones de vida de nuestro niños.
(*) Miembro de la Mesa Provincial de la CTA de los Trabajadores
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